
Ha bajado el olvido derecho
y sin quererlo, entrando por mis pies
hasta mi centro,y en los poros
de mis huesos he querido sentirte,
por si no fueras nada en el recuerdo.
He sentido el hastío, la rabia,
el tú, absoluto, de tu último momento,
y en ese último estertor te he encontrado
desnudo, entre las cuatro paredes
de aquel tiempo.
Por un instante, entre mis piernas,
mi alma y la llama impaciente del deseo,
te he sentido y por sentir...
hasta el último orgasmo fuerte y cierto.
Ha bajado tu fantasma tangible,
silencioso, quebrando las horas
del pasado lejano y polvoriento.
Te he estremecido a tí, recuerdo,
entre mi yo y mi cuerpo; Tú,
sombra olvidada entre mis silencios,
y he oído tu voz equidistante
que se va haciendo eco...
ROCIO V. MARTINEZ.
No hay comentarios:
Publicar un comentario