viernes, 5 de octubre de 2007

ACASO...

Acaso cuando el eco se pierda en la distancia. Acaso cuando tu árbol retoñe flores nuevas. Acaso al olvidarme de mi antigua arrogancia. Acaso te escribiera mi más bello poema. Acaso cuando olvide el brillo de tus ojos. Acaso si algún día vuelva a ser hoy, nosotros, Acaso si algún día se borra tu sonrisa. Acaso en la distancia, acaso en el recuerdo, en el camino sinuoso de esta vida Acaso sin razón, sin ilusión, sin prisa, calladamente expiren uno a uno mis sueños... Acaso me decidiera a reemprender mi huida.

MIRANDOME...ते सिगो अमंदो जुलियन

Mirándome en tus ojos, noche y día.
Mirándome en tus ojos, sin distancia,
en su calor sin fuego, perdería...
mi desamor, mi orgullo, mi arrogancia.
Prendida en tus cabellos cada hora.
Prendida en esa noche tan oscura,
sin sentir perdería aún más cosas:
mi caminar, mi mundo, mis posturas.
Junto a tu pecho dulce y palpitante.
junto a tu pecho, cálido, remanso,
puedo perder lo que es más importante,
el sentido que al mundo le he robado.

jueves, 4 de octubre de 2007

martes, 2 de octubre de 2007

TE SIENTO

Te veo los ojos cansados. Te siento la mirada amarga. Te pesan los pensamientos y las palabras te callan. ¡Ay navegante sin barca! qué triste va tu esperanza. Llevas los sueños afligidos, como se afligen los gorriones en jaulas. ¡Qué triste va tu tristeza! ¡Qué tristes llevas las lágrimas! Te veo los ojos cansados. Tendás así el alma?...

CON UN LEJANO ECO

Con un lejano eco, tan distante de mí -como el sentido mismo-, mi garganta se yergue y se debate, luchando contra el barro y el destino. Luchando contra ese barro oscuro, que ocultar de la luz mi pensamiento quiere con un afán loco e impuro. Como un lejano eco en mi vacio, y en mi loco sentido y estridente, quiero aprender el canto de la muerte por si en mi lucha soy vencida y muero.

DULZURA ENVOLVENTE... DÉJATE VER

La vida era cálida, tu voz eco, eco de mis sueños entre tus brazos, entre tus besos. Pureza blanca. Semilla de alma. Te siento, te siento... bajo tu inmenso hogar, bajo tu gran cielo. Tu regazo, mi barca, timón de mi niñez donde navega mi infancia. Pureza blanca. Pureza blanca, llévame en silencio, entre tus alas... entre sosiego. Siento, siento... Sin tí muero.

lunes, 1 de octubre de 2007

AL FINAL...

Corazón que late y mide
el tiempo, con sus latidos,
sueño que soñando inventa
un amor dulce y ficticio.
Tiempo revuelto de horas
y que a golpe de segundo,
mide un amor que no vale,
un amor acaso absurdo.
Canción última que duerme,
arrulada entre miradas
que en desazón languidece
y sufre desesperada.
Ola que a una playa arriba,
alegre y esperanzada
pero después que la besa,
por la playa es rechazada.
Calor que a fuerza de frío,
se enfría y quizás se apaga
para el menor movimiento,
de nuevo avivar su llama.
Poema que como un eco
se extiende sobre la calma,
hasta revolver el tiempo
y abandonar la esperanza.
Último estertor sonoro de
un amor que agonizante
canta su aflicción al mundo
y cuenta su muerte al aire.
Rocio V. Martinez

LAS PALABRA

Tu palabra es mi camino,
tu palabra dulce y sonora.
Tu acento, atardeceres
enredado de auroras,
de auroras boreales
que dan sentido al eco,
que dan calor al mismo
pronombre corto y seco.
Sólo tu voz es rayo
de eterna madrugada,
de soledades rotas,
de fuego y de ascuas.
Tu palabra en mi oído,
canción más estimable
de eternos ruiseñores.
Sonido a tierra, a madre,
sendero prefijado,
sendero que es de antes,
es uno y que es eterno.

ACRÓSTICO...EL ALAMO

Altivo galán de esbeltos brazos. Radiante te viste la primavera. Belleza infinita, asilo de pájaros. Oxigeno de la madre tierra. Llora el río en tus pies de álamo. Espejo bohemio que sobre él te lleva. Sombra fresca bajo tus verdes manos. De tí, sueña la noche entera. El aire te besa, te vuelve blanco. Atardeces en tus ramas...tú, sobre la hierba. La luz de la tarde se te inclína soñando.
Amante airoso de la ribera. Me alejo de tí...te estoy pensando. Oda harpada de trinos, acorazonadas estrellas.

A MGF

Ha bajado el olvido derecho y sin quererlo, entrando por mis pies hasta mi centro,y en los poros de mis huesos he querido sentirte, por si no fueras nada en el recuerdo. He sentido el hastío, la rabia, el tú, absoluto, de tu último momento, y en ese último estertor te he encontrado desnudo, entre las cuatro paredes de aquel tiempo. Por un instante, entre mis piernas, mi alma y la llama impaciente del deseo, te he sentido y por sentir... hasta el último orgasmo fuerte y cierto. Ha bajado tu fantasma tangible, silencioso, quebrando las horas del pasado lejano y polvoriento. Te he estremecido a tí, recuerdo, entre mi yo y mi cuerpo; Tú, sombra olvidada entre mis silencios, y he oído tu voz equidistante que se va haciendo eco... ROCIO V. MARTINEZ.